Muere la fotógrafa de los Beatles Astrid Kirchherr
- Lizeth Romero
- 16 may 2020
- 2 Min. de lectura
viernes, 15 mayo 2020

Astrid Kirchherr fotografió a los Beatles en el inicio de su carrera. Foto del Twitter @GeorgeHarrison
Kirchherr era asistente de fotógrafo en Hamburgo y parte de la escena artística local en 1960 cuando su entonces novio Klaus Voormann entró a un club, el Kaiserkeller, y quedó maravillado con un grupo de jóvenes británicos. Los cinco músicos de Liverpool se habían nombrado recientemente los Beatles.
Al recordar después, Voormann pasó los siguientes días tratando de convencer a Kirchherr de que lo acompañara, una decisión que la cambió profundamente.
“Era como un carrusel en mi cabeza, se veían absolutamente increíbles”, dijo Kirchherr al biógrafo de los Beatles Bob Spitz. “Toda mi vida cambió en unos minutos, todo lo que quería era estar con ellos y conocerlos”.
Kirchherr había soñado con fotografiar a hombres “carismáticos” y encontró a sus modelos ideales con los Beatles, especialmente su bajista en ese entonces, Stuart Sutcliffe, quien también era un pintor talentoso. Se enamoraron rápidamente, a pesar de que ella hablaba poco inglés y él poco alemán.
“Stuart era una persona muy especial, estaba millas por delante de todos”, dijo NPR en 2010. “En cuanto a su inteligencia y sensibilidad artística, estaba a millas por delante. Así que aprendí mucho de él porque en los 60 teníamos una actitud muy extraña sobre ser jóvenes, sobre el sexo, sobre cualquier cosa”.
Al comienzo de los 60 los Beatles eran muy diferentes a las superestrellas sonrientes que el mundo conoció poco después, y parecían tener poco en común con Kirchherr y sus amigos, jóvenes existencialistas apodados “Exies” por John Lennon.
La banda de rock usaba cuero negro y pelo envaselinado mientras daban presentaciones maratónicas. Pete Best, quien se parecía a James Dean, era el baterista y Paul McCartney tocaba la guitarra, junto con Lennon y George Harrison. Best fue reemplazado en 1962 por Ringo Starr, y McCartney tocó el bajo cuando Sutcliffe dejó la banda y se comprometió con Kirchherr.
Kirchherr le caía bien a todos y tenía su confianza. Sus fotografías capturaron a un grupo todavía interesado en verse chéveres y “rudos” más que en ser adorables.
Les hizo retratos en blanco y negro, incluyendo a John, Paul y George con ropa de cuero y botas de vaquero en una azotea; los cinco con sus instrumentos en un camión abandonado, un acercamiento tristón de John en una feria con Sutcliffe en el fondo rondándolo como un fantasma.
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